danielsueiro.blogspot.com

Cuando dos personas hablan sobre el precio de las cosas, las infraestructuras que hay que hacer, lo que cuesta encontrar trabajo, los sueldos, etc. no pasa nada, eso sí cuando llega alguien afiliado a un partido y se une a la conversación todo se transforma y lo que era una conversación sobre política pasa a ser una retahíla de frases hechas atacando a los políticos y dejando bien claro que "yo de política no hablo, pero".

Algún día conseguiremos que la ciudadanía se de cuenta que la política no es ni algo raro ni, claro está, algo malo. Conseguiremos que cuando discutan en una terraza, en el salón con la familia o en la calle sobre por donde debería pasar una nueva calle, sobre la necesidad de más aparcamiento o mayores aceras entiendan que lo que están haciendo es hablar de política, porque la política no es algo reservado únicamente a los que nos implicamos en los partidos. La política está en todas partes.

Hoy he tenido que escuchar en plena calle durante un reparto como una señora se quejaba de que habíamos arreglado media calle y faltaba el último tramo y acto seguido volvió a quejarse de que el Alcalde tenía toda la ciudad levantada en obras. Y es que ya sabéis queremos que nos arreglen nuestra calle pero que no nos molesten todas las obras de la ciudad.

Yo la verdad es que ya no se si es egoísmo o simplemente es que el caso es quejarse de algo y, si no hay de que, se inventa.